sábado, 12 de febrero de 2011

Libertad de expersión

Libertad de expresión

Empecemos aclarando los hechos que comentamos hoy: un rumor que se ha extendido en el país, una manta en la Cámara de Diputados el jueves 3 de febrero, el comentario sobre la misma de Carmen Aristegui el viernes, la inmediata reacción de MVS de despedirla, los argumentos que esgrime la empresa, las reacciones en medios impresos y electrónicos así como en radio, la conferencia de prensa de la periodista y finalmente la reacción de la Presidencia tras las acusaciones.

Me interesa la manera en que se puede extender un rumor, el tratar de analizar de donde procede y la intensión del mismo. No me interesa saber si Calderón bebe o no, me interesa como gobierna y las consecuencias de sus actos o de sus omisiones, esto es muy importante, para el país. Tenemos ejemplos de buenos gobernantes bebedores y de malos gobernantes abstemios.

El que Fernández Noroña haya puesto la manta nos da una pista de quienes pueden estar detrás de lo que hasta hoy es un rumor: el supuesto gusto de nuestro presidente por beber. Es la hoy extrema izquierda, si todavía tiene sentido este calificativo, y no estaría quizás desacertado pensar que tras bambalinas esté López Obrador.

Carmen Aristegui comentó la nota en el estilo crítico suyo que la convierte en una voz con la cual se puede disentir, pero que enriquece y asegura pluralidad en los medios, una voz que por ejemplo se atrevió de las primeras en denunciar al Padre Maciel. Hacía su tarea, se pronunció a favor de una aclaración de los Pinos sobre la materia, de forma sí provocadora pero no inmoral. Sin embargo: ¿Tenía un móvil la reportera más allá de realizar su trabajo a su manera?

Sobre la reacción de MVS y su absurdo comunicado se han extendido dos interpretaciones: el que la empresa fue presionada para el despido si no había una disculpa de por medio, por lo que había solicitado tal disculpa, o que reaccionó anticipadamente para no arriesgarse con un gobierno del que necesita que renueve sus concesiones, por lo que incluso le ofreció la cabeza de Aristegui.

Lo que ha sucedido desde el despido, la forma en que creció el escándalo, es lo que demuestra que de cualquier forma es un error de Calderón en tanto en última instancia es el responsable de que en la primera hipótesis la reportera saliera del aire en un acto que nos recuerda tiempos pasados, o en la segunda hipótesis de no impedirlo para evitar en primer lugar ser afectado y para bien claro de la libertad de expresión.

En el primer caso, yo no me quiero imaginar al Presidente ocupado en vengarse del comentario de una reportera, por más incómoda que sea. Quiero suponer que tiene demasiado trabajo para ello. En el segundo, si MVS le quiso vender la salida del aire de Aristegui, no debía haberlo considerado un asunto entre particulares, no es un asunto entre particulares, en tanto debe velar para que en México existan medios de comunicación que trabajen sin coerciones y sean vehículo de todas las ideas.

Calderón no es responsable por quizás beber de más, de ello no hay prueba alguna y más bien hechos que lo desmienten, es responsable por de cualquier manera haber generado la críticas que hoy se le vienen encima y lo desprestigian con la velocidad que permiten el Twitter y el Facebook, como generan en días revueltas en Tunez y Egipto (eso lo debería él tomar en cuenta).

Sobre los demás involucrados sabemos que Aristegui crece en prestigio al grado que se da el lujo, el pasado miércoles de perdonar a quienes la despidieron y ofrece regresar bajo ciertas condiciones. Ella hoy pone sus condiciones.

MVS no ha dejado de asumir su responsabilidad en su reacción, no avala ni el sentir de los miles de indignados ni las declaraciones de la propia reportera de haber sido presionada como empresa. ¿Lo fue o actuó deliberadamente para beneficiarse? ¿Tenemos que creer la versión de la pobre radiodifusora presionada, como dice la reportera? Lo cierto es que también pudo haber querido beneficiarse, aún a costa de perder a una colaboradora exitosa, y quizás sin perderla. Esta es una hipótesis que no he visto que se explore en el análisis. Hay muchas conjeturas pero si MVS regresa a Aristegui a la radio, no será para atraerse al gobierno de enemigo o porque haya reconocido un error (imaginémonos lo que sería en este caso su debilidad frente a sus empleados), sino porque con ello gana, gana al haber probado a qué punto puede afectar al gobierno. Y todo ello quizás con el acuerdo de aquella a la que despidió.

Esta historia no ha terminado y requiere ser estudiada con cuidado.

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