miércoles, 21 de diciembre de 2011

Acaba 2011

Cerramos el 2011 en medio de una crisis profunda del estado de derecho, producto de la violencia del crimen organizado que fue enfrentado a través de un proyecto que demostró su fracaso ya hace tiempo, sin que hubiera manera de que lo entendiera el Presidente Felipe Calderón.

Para colmo Calderón ahora ha extendido la idea de la inserción del narcotráfico en la política, lo cual es una acusación además de sin fundamentos, malintencionada y peligrosa. En efecto todos reconocemos que su estrategia responde al fracaso del PAN en Michoacán, entidad en la que su hermana Luisa María (La Cocoa) luchó por la gubernatura, fracaso que se alinea con todos los sondeos de opinión en el sentido de que tras doce años de gobiernos panistas en la contienda presidencial de julio próximo es ciertamente probable el regreso del PRI a Los Pinos. Previendo tal posibilidad, ya desde ahora con ese tipo de comentarios se descalifican las elecciones, acelerando innecesariamente la desconfianza de la ciudadanía en sus instituciones y en su sistema de partidos en el que muchos no encuentran cabida. (Lo bueno es que ya se nombraron al menos los consejeros electorales faltantes en el IFE. Enhorabuena a la Cámara de Diputados por su decisión.)

Lo cierto es que la moneda está en el aire y no debemos olvidar que en política caben siempre las sorpresas y en más de seis meses la situación puede cambiar. Así pudimos ver la manera en que el PRD, pese a sus disputas internas, resolvió bien su candidatura y hoy después de haber logrado la unidad de toda la izquierda avanza un Andrés Manuel López Obrador quien pese a que sigue sosteniendo que en 2006 le robaron la elección, se esmera en moderar su discurso en busca del voto de la clase media.

Por el contario por el PRI Enrique Peña Nieto, exgobernador del Estado de México, quien desde hace años había venido construyendo a través de una esmerada estrategia mediática una imagen de eficiencia, hoy se somete con tropezones a sus primeras pruebas. Por ahora ya quedó claro que no sabe improvisar, que tiene lagunas de información indispensable para gobernar y que no pronuncia bien el inglés. Por ahora no sabemos el efecto de ello en las preferencias electorales, pero que éstas pueden cambiar, lo pueden.

La candidatura del PAN se definirá hasta febrero próximo entre Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero, favorito del actual Presidente. En este caso lo incierto es que tanto la exposición en medios vaya finalmente a favorecer a quien resulte nominado, o que tanto -al revés- saldrá debilitado de las mismas críticas recibidas por sus competidores.

En todo caso el problema de gobernabilidad en el país que deviene, además de la violencia, de una ingeniería caduca que hace convivir un sistema presidencial y un sistema multipartidista con representación mixta que incluye asientos plurinominales en el Congreso produciendo un enfrentamiento constante entre ejecutivo y legislativo lo cual ha impedido la negociación de las reformas estructurales que México requiere, es uno de los principales retos de cualquiera que sea el ganador de las próximas elecciones.

Estemos atentos a lo que acontezca los próximos meses, sin que el panorama de la lucha por la presidencia nos haga olvidar las elecciones para gobernador que se llevarán paralelamente a cabo en varias entidades del país, las cuales revelan otras dinámicas regionales de poder. Las habrá en Chiapas, el Distrito Federal, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco y Yucatán.

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