viernes, 18 de noviembre de 2011

Elecciones en Michoacán

La elección para gobernador que se llevó a cabo el domingo pasado en Michoacán ofrece varias lecciones a los interesados en la política.

En unos cuantos días las preferencias electorales en una contienda pueden evolucionar sorpresivamente. Lo vimos en 2009 en el caso de Sonora cuando el candidato priista al gobierno perdió quince puntos que llevaba de ventaja tras el incendio de la guardería ABC y con ello ganó el PAN. Igual en este caso, en una contienda también enrarecida por el ambiente de violencia, Luisa María Calderón candidata panista subió según ciertas encuestadoras varios puntos en preferencias electorales en 40 días que duró su campaña, mas según parece ser aquí no pudo ganar una contienda que resultó muy reñida y puede llevar a un conflicto poselectoral.

Hay quienes aseguran hizo la mejor campaña, se ganó fundamentalmente a las mujeres y además se impuso en el debate entre los candidatos. De entrada, existe una gran polémica en torno a si los debates alteran las preferencias electorales y yo me inclino por quienes creen, con base en estudios experimentales, que no sucede así. Pero sí la Cocoa tuvo la ventaja de su género y de una mejor campaña. ¿Pero por qué pudo realizar una mejor campaña? Por la simple razón que contó con otra enorme ventaja, la de ser hermana de Felipe Calderón. Así hay quienes aseguran que el PAN gastó diario un millón de pesos en ella.

Además de poder ver realizado en su hermana el sueño que él mismo no pudo conquistar hace 16 años, el Presidente después del pésimo papel que hizo su partido en la elección del Estado de México, tenía que asegurar que a toda costa ganara el PAN en su estado. Ante los sondeos de opinión que le dan a Enrique Peña Nieto una enorme ventaja para el 2012 y con ello regresaría el PRI a los Pinos, los panistas se jugaban el que se viera que todavía están presentes y que pueden revertir los panoramas. ¿Qué hicieron?

La estrategia tuvo varios frentes y se desplegó a nivel regional pero también nacional.

El primero fue irse ganando a las autoridades electorales. Así logró desplazar a María del Carmen Alanís, por muchos cercana del exgobernador Peña Nieto, de la presidencia del Tribunal Electoral Federal. Además se beneficia de que no se hayan nombrado los tres consejeros electorales que faltan en el IFE, porque por una parte se culpa al PRI por querer controlar el nombramiento de dos de ellos, y por otra la correlación actual ya le conviene puesto que Leonardo Valdés, Presidente del Consejo General de la Institución, ya ha abierto una posición crítica al PRI cuando en un evento reciente en la FCPS de la UNAM pidió recordar lo pasmosos que eran los procesos electorales cuando gobernaba el PRI.

Por otra parte Calderón no paró de criticar en los medios a los gobiernos priistas incluso en el New York Times asociándolos a cierta complicidad con el narco o argumentando que las entidades que gobierna el PRI es donde hay más narcocrímenes. Estas declaraciones, algunas de las cuales han derivado en acusaciones formales contra el Presidente de la República y en exoneraciones por parte del IFE, así como la caracterización de los legisladores del PRI de irresponsables por detener los cambios estructurales que el país requiere, las han repetido sus allegados como Ernesto Cordero, quien en su fidelidad a Calderón ciertamente sufre costos en popularidad de forma que cada día se juega más el no poder ser nominado como candidato de su partido.

Otro elemento de la estrategia del PAN fue el manejo electoral de la justicia. Lo vimos en el caso del Estado de México cuando a días de la elección se llevó a cabo aquella torpe detención de Jorge Hank Rhon, lo digo por las formas y no porque lo asegure inocente. En este caso se tejieron recientemente las acusaciones presentadas por la Dirección de Delitos Diversos de la Procuraduría Fiscal de la Federación por la presunta obtención irregular de dos créditos otorgados a Coahuila en tiempos del gobierno de Humberto Moreira, hoy presidente del PRI. Se sostiene que los créditos se obtuvieron con documentos falsificados pero los panistas han difundido el asunto criticando el endeudamiento del estado, alterando las cifras al alza claro, promoviendo manifestaciones y sobre todo declarando que el dinero no se encuentra. Esto lo dijo hasta Santiago Creel.

El resultado de esta estrategia múltiple fue tanto un debilitamiento del PRD como del PRI. El PRD por ejemplo se vio muy afectado por tener que atender el dictamen del Tribunal Electoral Federal de renovar a los integrantes de su Consejo General cuando internamente se había decidido posponerlo para después del 2012, ya que no pudo sacar este proceso sin una lucha abierta entre sus grupos internos lo cual lo cuestiona como partido ante la ciudadanía.

Regionalmente ya este partido había sufrido del debilitamiento político de su gobernador en Michoacán, Leonel Godoy, quien le tocó gobernar un estado donde el crimen organizado ha ido en aumento y para enfrentarlo y desarrollar un buen programa de gobierno no contó ni siquiera con el tiempo que dura usualmente un gobierno en este país o sea seis años. El gobierno de Godoy en efecto, por una decisión del congreso estatal de recorrer el calendario electoral, habrá durado en el cargo cuatro años. En este tiempo debió sufrir no sólo de un gran atentado en la capital en septiembre de 2008, sino además del famoso operativo de la detención a sus espaldas de varios funcionarios y presidentes municipales en 2009 -el famoso michoacanazo-, y de verse afectado por el proceso contra su hermano Julio por vínculos también con el crimen organizado que llevó a su desaparición y luego a su desafuero tras su aparición.

Pero toda esta estrategia parece ser que fue insuficiente porque el PRI pudo aprovecharse de este debilitamiento perredista, como no pudo hacerlo en Guerrero y Baja California Sur a principios de año. Esta vez lo logró en un estado tripartidista y competitivo porque supo elegir muy buen candidato de unidad en la figura del prestigiado presidente municipal de Morelia, Fausto Vallejo Figueroa, quien ya había competido por el cargo. Por eso pudo llegarle a la campaña de Luisa María Calderón, pese a que ella además se benefició de los programas sociales del gobierno federal y del llamado de la iglesia a su favor.

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