Las campañas electorales que culminarán el
próximo 7 de junio se está dando en un ambiente muy difícil que tiene como uno
de sus ejes fundamentales la situación
de violencia que impera en el país. Esta situación hizo crisis el pasado
viernes 1° de mayo en Jalisco en donde el cartel de la entidad denominado Nueva
Generación sembró el terror: hubo toma de carreteras, incendios de gasolineras
y negocios, hasta un helicóptero del Ejército derribado que causó varias
muertes. Los acontecimientos señalados ocurridos
a los pocos días de un enfrentamiento con las fuerzas federales ponen de
manifiesto varios puntos.
Uno, la fragilidad de procesos que tienen
como objetivo la resolución pacífica de las diferencias y de los conflictos
sociales, a través de una competencia equitativa garantizada por las instituciones estatales.
El hecho es que la democracia moderna es un producto histórico nacido de la
concentración de la fuerza en el Estado, una fuerza legítima cuyo uso es
delimitado por las normas, pero que se procura evitar a través de la práctica política.
Sin embargo la violencia pone en jaque a la política. Por eso aleja a los
ciudadanos de las urnas, a través de las cuales no se puede pensar vayan a
resolverse los problemas que más nos
afectan, como puede ser la seguridad. En este sentido no parece casual la
proximidad de los eventos con las próximas elecciones, y más parecen tanto un
reto abierto a las autoridades, como un mensaje a la sociedad: “Aquí estamos,
somos más fuertes y no pueden contra nosotros, sean quienes sean los que se nos
pongan enfrente”.
Los hechos ocurridos demuestran en efecto la
incapacidad del gobierno de mantener las condiciones básicas de paz que estas
contiendas requieren, en particular su incapacidad de enfrentar el crimen
organizado que lo amenaza y le disputa su terreno. Los priistas en el poder
pudieron haber cambiado de estrategia en la materia en relación a los panistas,
la cual muchos pensaron que fue tan sólo mediática pero yo sostengo que si bien
se detuvo en controlar su difusión, ha venido siendo menos frontal, más
integral, más coordinada entre las distintas instancias y basada en un cuerpo
de inteligencia mayor. Sin embargo al parecer no ha tenido los resultados
esperados, porque los golpes han sido
sobre todo contra los principales cabezas de los delincuentes, quienes recomponiendo
sus liderazgos y desmanteladas sus estructuras han sabido redificarlas incluso
con mayor fuerza, como es el caso de este Cartel Jalisco Nueva Generación que
se hizo poderoso en cinco años a través de virar al tráfico de metanfetaminas.
La pregunta que surge de inmediato es el
cómo pudo suceder esto. Originalmente vinieron de Michoacán desplazados por La
Familia, la cual fue arrasada más adelante por Los Caballeros Templarios hoy en
vías de extinción. En Jalisco con Nemesio Oseguera a la cabeza sobrevivieron en
alianza al principio con el cartel de Sinaloa dirigido por el Chapo Guzmán. A
partir de ello tuvieron un crecimiento explosivo, por lo que no sólo han
llegado a varios estados más, sino tienen presencia en Europa y Asia. Dicho
crecimiento se ha caracterizado por estar basado en una organización de tipo
militar, con miembros bien adiestrados y altamente calificados como demuestra
el derribo del helicóptero del viernes.
De frente a las próximas elecciones no hay
partido que pueda quedar bien parado, porque todos cuando han tenido
responsabilidad en este terreno han sido incapaces y además salta a la vista la
complicidad que debe de haberse requerido de parte de varias autoridades para que el crimen
organizado haya estado operando y creciendo a tal velocidad, a pesar de a las políticas implementadas para combatirlo.
Qué puede sentir el ciudadano frente a
noticias de esta índole. Miedo sin duda a pesar de no haber sido directamente
afectado. La reacción inmediata puede ser como ya lo apuntaba el
abstencionismo, o el voto nulo. Creo que es la reacción que esperan los
delincuentes, porque es darle la espalda al sistema, debilitarlo más. No
obstante, como nunca se requiere de una participación interesada e informada.
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