viernes, 27 de febrero de 2015

Elecciones 2015. El caso de Guerrero

Ayer, 25 de enero, hicieron cuatro meses de los acontecimientos de Iguala que cambiaron el panorama político del país. Quizás desde las altas esferas se confiaba que las fiestas decembrinas acallarían la protesta social, generada por los normalistas desaparecidos en el marco del auge del narcotráfico en Guerrero, de las pugnas entre carteles de la droga y de  la complicidad de las autoridades. No ha sido así; prueba de ello fue el caos vial que tuvimos en la ciudad por las marchas.

Hoy México no se reconoce porque, se puso en evidencia la fragilidad política del PRI y de su Presidente, quien hace bien poco todavía se veía orgulloso de la habilidad negociadora de su equipo a favor de su política reformista. Su popularidad se ha visto afectada, y arrastra las intenciones de voto debido a estos incidentes, los cuales se sumaron a las consecuencias de su mal manejo, y los agravaron tanto los testimonios de la persistencia de la corrupción en el país, como una economía que no despega, un dólar que se aprecia y precios del petróleo que se desploman. La nueva coyuntura ha cambiado por completo el panorama que se veía venir para las próximas elecciones, en las que antes se creía que los priistas arrasarían. ¿Qué se espera ahora, a nivel general, y en particular a nivel de Guerrero especialmente afectado por la crisis.

En primer lugar, las próximas contiendas mediante las cuales se renovará la Cámara de Diputados, nueve gubernaturas y poderes locales en 18 entidades, a saber congresos locales y autoridades municipales, van a evaluar la pertinencia de la reforma político electoral del año pasado, cuyo eje más relevante fue la nacionalización de las elecciones a través del nuevo INE. Amén de que habremos de preguntarnos si habrá valido la pena aumentar el costo de los procesos, estará por verse la difícil fiscalización en tiempo real de las campañas que ya ha enfrentado al instituto a una primera compañía la cual había contratado para tal fin. Igualmente está en el aire su monitoreo que tendrá una cobertura inédita y deberá realizarse con más recursos, pero quizás insuficientes para el reto.

Son ejemplos, pero lo que más interesará será apreciar las consecuencias que habrá de tener la nueva normatividad sobre el conteo de los votos, en las circunstancias que enfrentan los hasta ahora partidos grandes, así como los que se pensaban pequeños, además de  los nuevos partidos. Con la aparición de Morena sobrevendrá una fragmentación tal del PRD que ambos partidos resulten medianos, como puede llegar a serlo el PVEM. Partidos grandes sólo parece que seguirán siendo el PRI y el PAN, mientras se duda que los otros partidos nuevos y el PT sobrevivan, mientras NA y MC sí lo logren y quizás.

Ahora bien, en las próximas elecciones se jugará por ser elecciones intermedias el futuro político de EPN: su presencia en el Congreso que afectará la gobernabilidad, y su presencia regional sin la cual no podrá amarrar el 2018. La debilidad de la oposición  le favorece, así como la falta de interés ciudadano por la jornada. Somos testigos del deseo de participación de una sociedad que, paradójicamente, se encuentra a la vez harta de sus políticos y por eso se desinteresa de votar. Se espera por lo mismo más abstencionismo y un voto nulo creciente, al que ya llaman líderes de opinión. Al PRI le puede venir bien, mas en tal caso estará en riesgo su legitimidad.

¿Cómo aterriza todo esto en Guerrero? En el estado, la movilización de los grupos radicales parece incontenible. So pretexto de no estar conformes con las investigaciones, las aprehensiones y las explicaciones, en el caos que ha producido la caída del gobernador Ángel Aguirre, lo que se quiere es boicotear la realización de los comicios. La violencia está desatada y se ha bloqueado las actividades de las juntas distritales del INE, al grado de que Lorenzo Córdoba ha manifestado que se hará lo que sea posible sin correr riesgos. La situación es delicada por ese lado.

Por el lado del proceso de selección de los candidatos a gobernador, la atención está puesta en el PRD y en el PRI. El PRD supuestamente tomará su decisión a finales de mes en un proceso interno cerrado. Armando Ríos Piter, el Jaguar, el precandidato mejor posicionado frente a la ciudadanía se salió de la competencia, acusando al exgobernador de influir en ella. Siguen Beatriz Mójica, exsecretaria del gobierno aguirrista y el senador Sofío Ramírez. Por el lado del PRI, se esperaba una postulación de unidad como ha sucedido en las otras entidades; los aspirantes eran Manuel Añorve y Hector Astudillo, excandidatos perdedores en 2011 y 2005 respectivamente, el primero conocido por su cercanía con Manlio Fabio Beltrones líder de los diputados del tricolor y el segundo sin corriente definida, y también Mario Moreno, alcalde de Chilpancingo debilitado por la pérdida del estado de derecho en la capital; la decisión debían tomarla el pasado sábado la dirigencia del partido, así como senadores como Emilio Gamboa o el exgobernador René Juárez; sin embargo, no ha sido tan sorpresivo el anuncio de posposición del registro de interesados hasta el 4 de febrero y el que se analiza la posibilidad de abanderar un candidato externo. Corre el rumor que éste pueda ser el propio Ríos Piter, o el rector de la Universidad Autónoma de Guerrero quien, en otros medios, también se ha mencionado como posible candidato de unidad antipri precisamente.

Si así fueran las cosas, sí el candidato de Peña fuera el Jaguar, quien de por sí parecía tener su apoyo  antes de la crisis de Ayotzinapa cuando el PRI parecía que jugaría con bajo perfil, si hay elecciones y las gana, habrá quien piense que no habría cambiado nada. Según yo, sería un error de percepción, porque de tal forma regresaría el PRI al poder estatal y habría sido consecuencia de la narcopolítica y las pugnas entre grupos del crimen organizado. Curioso, no lo creen: no sería descabellado pensar en que pudieran haber sido incidentes montados para que el PRI se pusiera las pilas en la entidad, cuando todo indicaba que no era su intención hacerlo. A saber: puede que ni elecciones haya, o que Rios Piter sepa que la CETEG no le va a dejar poner un pie en Guerrero, o que el PRD postule a quien sea y (si bien haya sido responsable de seleccionar candidatos ligados al mundo de las drogas y de avalar su gobiernos) conserve el poder en la entidad, o que por qué no el candidato de Movimiento Ciudadano por ejemplo Luis Walton (quien ha sido su dirigente) goce del apoyo de facto de Morena y, pese a los problemas del puerto con los que no pudo como su presidente municipal, crezca como Alfaro en 2012 en Jalisco quien estuvo cerca de ganar la gubernatura.

Nos podrán disgustar los políticos, pero no son lo mismo aunque sean los mismos. Me explico: pesa en ellos los intereses que los llevan al poder y a los que tienen que responder. Pesan quienes están detrás de ellos. ¿Qué opinan ustedes?

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