martes, 12 de agosto de 2014

Perspectivas 2015: los partidos chicos, el caso de Movimiento Ciudadano

El sistema de partidos construido en México como resultado de la apertura política que como muchos saben se produjo después de la reforma electoral de 1977, muy rápidamente quedó en tres partidos grandes: el PRI que vio menguado su poder hasta perder la presidencia, pero la recuperó en condiciones de una democracia limitada a través de elecciones competitivas aunque inequitativas y no del todo transparentes; el PAN partido que nació como reacción al semiautoritarismo del país y fue ganando espacios como oposición leal hasta que en el 2000 el voto estratégico antisistema le dio la diferencia que su electorado requería para llegar a los Pinos, donde se mantuvo por dos sexenios luego de los cuales sufrió el desgaste de gobernar; y el PRD que tras 1988 unificó a la oposición de izquierda en un partido de tribus que hasta ahora, con la escisión de Manuel López Obrador, venía resolviendo sus diferencias internas. A estos tres partidos grandes, que tienen a nivel estatal una presencia aún más diferente en el sentido de que en varias entidades ya sea el PAN o el PRD no tienen ningún rol relevante, se le sumaron a lo largo de los años varios partidos chicos algunos de los cuales desaparecieron para quedar cuatro a nivel federal, a saber el PVEM, el PNA, el PT y MC, hasta el registro este año de los tres partidos nuevos: el PES, el PH y desde luego Morena.

Estos son los partidos chicos de México que ya no lo son tanto, si se toma en cuenta por ejemplo que en 2013 en las elecciones locales aún sin los nuevos junto a los partidos locales casi alcanzaron la cuarta parte de la votación. Además, cabe considerar que en la medida en la que las elecciones se hicieron cerradas estos partidos se hicieron más importantes porque el fenómeno de las coaliciones les permitió definir cada vez más resultados, y vender su apoyo muy alto cuando la legislación les permitió hacer convenios con los partidos grandes muy favorecedores para ello, o bien que los votos se contaran de suerte que su fuerza quedara inflada. En suma, poco a poco los partidos chicos ganaron poder, un poder para algunos poco visible en tanto no han estado realmente en el juego nacional (no se sentaron por ejemplo en la mesa del Pacto por México), pero a nivel subnacional sus bancadas en los congresos crecieron (piénsese que NA es segunda fuerza en Hidalgo) y sus gobiernos municipales y aún estatales (por ejemplo el gobernador actual de Oaxaca Gabino Cue venía de Convergencia) se multiplicaron.  

Ahora bien, en tanto la nueva legislación electoral ya no va a contabilizar para el reparto de las curules plurinominales los votos emitidos por las coaliciones, lo cual se piensa puede desincentivarlas porque es más seguro el voto por el partido grande en coalición, y que el umbral de votación para que un partido conserve su registro se ha subido a 3%, y también en la medida en la que se cree con bastante razón que Morena va a golpear al PRD pero sobre todo su golpe va a repercutir más en el PT y en MC por tener la misma base electoral, hoy se cruzan apuestas sobre la capacidad que los partidos chicos tengan de sobrevivir y los nuevos que no Morena de conservar su registro.

De los partidos chicos que ya existían seguro PT y MC serán los más afectados por la nueva realidad, lo que no quiere decir que sea de la misma forma. Es cierto que por bastante tiempo parecía que el PT a pesar de ser tan patrimonialista como MC, es decir a pesar  de estar en las manos exclusivas de ciertos políticos como el PVEM o el PNA, y también a pesar  de tener ambos un original regional  y un desarrollo por enclaves que fueron ganando territorialidad, estaba mejor preparado que MC para enfrentar esta eventual situación. Hoy las primeras encuestas sobre preferencias electorales hacia el 2015, así como el análisis de sus circunstancias, sus ventajas y debilidades parecen indicar lo inverso, es decir que el PT resulta estar en una situación más vulnerable.

¿De qué preferencias hablo? Menciono por su seriedad la encuesta del periódico Reforma del 6 de agosto pasado que le otorga al PT 3% y a MC 4%  de la intención de voto. ¿Qué está sucediendo? A mi manera de ver Dante Delgado, exgobernador por el PRI de Veracruz,  fundador en 1999 de  Convergencia, hoy MC partido del que es líder, ha sabido adelantarse mejor al escenario que se le presentaría por tres motivos principales. Primero montó la reconversión de Convergencia sobre una demanda que fue penetrando en la sociedad  de frente al disgusto que generaron los pobres alcances de nuestra democracia y la crítica a sus partidos políticos a saber las candidaturas ciudadanas, las cuales antes de quedar plasmadas en la penúltima reforma electoral de 2009-2012 y reglamentadas por la más reciente, ya eran obligatorias en este partido en una proporción del 50% de sus postulaciones. Segundo, ha sabido atraer a su partido ciertas figuras políticas importantes como es en Guerrero el actual alcalde de Acapulco Luis Walton, o Alfaro en Jalisco que en 2012 estuvo a unos cinco puntos de ganarle al PRI la gubernatura del estado luego de tres administraciones panistas, o como va a poder ser también Marcelo Ebrard quien ya fue a su última convención. Tercero, ya pasó la prueba en 2013 siguiendo la estrategia de ir independiente, sin coaliciones, y le llegó al electorado con su nueva imagen.

De tal manera que al menos a mí no me extrañan los resultados de esas preferencias. Pareciera que Dante está sabiendo posicionarse mejor en esta extraña etapa que será el 2015 en la que Morena en un tablero totalmente modificado por su aparición también debe ir sin sus socios naturales, sin que quiera decir ello que a mediano plazo MC no vaya a acercarse a AMLO con mejores cartas que lo lleven a venderse mejor.  Incluso he llegado a considerar que en algunas contiendas del 2015 le hará a lo mejor el juego, como podría ser el que Luis Walton se presentara como candidato de Morena para la gubernatura de Guerrero, poniendo al PRD en serios apuros como serán los que tenga en el DF, de suerte que creo que habrán grandes novedades en la política del país.


A saber, los politólogos somos a manudo muy malos predictores.

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